La irracional oposición a la carne cultivada




Desde hace un tiempo se viene hablando sobre la carne cultivada o carne in-vitro. Algunos la señalan como una excelente alternativa debido a la posible reducción de recursos durante su elaboración y al daño medioambiental que evitaría su implementación (la crianza de ciertos animales para alimentación es algo muy perjudicial actualmente). Y otros como una reducción importante al sufrimiento de los animales sintientes que son hoy utilizados para producir alimentos, como cerdos, vacas, gallinas, etc.

Veamos algunos detalles acerca de su producción:

El proceso para crear carne in-vitro, cultivada, o "carne limpia" como la llama Uma Valeti, director ejecutivo (CEO) de Memphis Meats, una de las startups emergentes en este campo, consiste en síntesis en tomar mediante una simple biopsia células vivas de un animal y luego "alimentar" a esas células —capaces de autorreplicarse— dentro de un biorreactor con oxígeno, azúcares y minerales hasta conseguir fibras y tejidos aptos para el consumo humano.

Placas de cultivo de tejido utilizadas para hacer una pieza de hamburguesa.

Si bien es cierto que a veces las nuevas tecnologías tienden a generar algo de escepticismo y rechazo (y encima esta que tiene que ver con lo que ingresamos a nuestro cuerpo), es irónico y lamentable que esta vez una parte de la oposición venga de quienes dicen preocuparse por los demás animales.

Implica utilización de animales.

De entrada, "utilizar a otros" no puede ser algo que se considere éticamente incorrecto, pues muchísimas formas de hacer bien nos llevan a esto, como lo es socorrer a los animales que lo necesitan, brindando medicinas, cirugías, alimentos. etc.

Eso es utilización, si no te parece mal brindar medicinas, cirugías y alimentos a quienes lo necesitan, lo más probable es que en realidad no pienses que utilizar a otros como medios para nuestros fines sea algo malo estrictamente hablando. Tal vez sólo haga ruido por la forma en que normalmente nos referimos a utilizar (abuso).

Quienes se oponen, dicen que "usar a otros como meros medios para nuestros fines" es algo que está mal, pero aunque eso sea debatible, la conclusión es que, aunque sea cierto que cuando hacemos un bien por alguien más estamos satisfaciendo nuestros intereses (toda conducta se desprende de nuestros conflictos de intereses), podemos evaluar cuándo es justo y cuándo no. Por ejemplo: una persona puede tener el interés de utilizar a otra como medio de satisfacción sexual. Y esto puede ser algo consentido (justo) o no consentido (un abuso sexual, algo injusto).

No necesitamos carne para sobrevivir.

Cuando aparecen ideas que podrían separarnos de las nuestras, es común caer en un sesgo de confirmación, el cual se encarga de generar respuestas que reduzcan las disonancias cognitivas. Y estas respuestas pueden llegar a ser muy falaces.

Tenemos toda la certeza de que si dejamos de alimentarnos a partir de productos de origen animal (que generaron sufrimiento evitable durante su producción), podemos satisfacer todos nuestros requerimientos nutricionales si planificamos bien la dieta. Es lo que demuestran las evidencias.

Pero, ¿es realmente válido el argumento de lo "no necesario" para rechazar un alimento? Veámoslo con una reducción al absurdo:

—Oye, ¿me pasas la salsa? —No, no necesitamos salsa para sobrevivir.

Claramente es algo irrelevante y no merece ni una pizca de atención. Cuenta lo mismo para la sal y otros condimentos. Tampoco es en principio "necesario para sobrevivir" ver TV. Por eso antes de juzgar acciones, debemos pasar por los principios que nos llevan a tomar decisiones y razonar sobre ellos.

No procuramos evitar ciertos alimentos, servicios o prácticas porque sean "innecesarias para vivir", sino por el sufrimiento que estas generan.

Todos los animales valen lo mismo.

Nada, absolutamente nada tiene un valor intrínseco, las cosas son valoradas por cosas capaces de valorarlas (seres con intereses, sintientes), y, a pesar de las enormes diferencias entre la sintiencia de los diferentes individuos (motivo por el cual unos merecerían en algunos casos mayor consideración que otros), también debemos valorar las consecuencias de las acciones (es algo que hacemos prácticamente todo el tiempo, pero según algunos, no es correcto).

Lanzarle una piedra al carro puede romper sus vidrios o dañarlo de otro modo. No quiero eso. Por lo tanto no la lanzo (consecuencialismo).

• Puede que para mucha gente tenga mucho más valor un perro que una vaca (puede deberse a su cultura)
• Puede que para mucha gente un animal tenga más valor que otro individuo de su misma especie (preferencias, como en el caso de las mascotas)
• Puede que para mucha gente tenga más valor un caballo que los parásitos que lo infestan aunque estos lo superen en número (sensocentrismo gradualista)

Hay toda una variedad de posibles respuestas a por qué le damos diferente consideración o valor a diferentes individuos, sin embargo, lo que nos interesa saber para resolver el dilema de la carne in-vitro, es: de qué forma beneficia (si es que beneficia) a las víctimas de la industria cárnica, qué otras formas hay de ayudar (si es que vale la pena preferirlas sobre la carne cultivada) y qué consecuencias traería el no-apoyarla (¿más animales seguirían siendo explotados?).

Sabemos que actualmente mueren aproximadamente 4.700 animales por segundo para alimentación humana y sólo algunos humanos trabajan para reducir eso (y aún somos muy pocos). Preparamos y vendemos comida vegana, realizamos charlas, argüimos sobre la sintiencia de los otros animales, donamos a organizaciones, compartimos ideas sobre cómo persuadir y una gran cantidad de cosas más que comparten una consecuencia con la carne cultivada: Reducción del sufrimiento.

Debemos preguntar entonces: ¿Oponerse a esta tecnología juega a favor o en contra de nuestro objetivo?

Tal vez de aquí en adelante aumente la cantidad de alimentos veganos y algunos los prefieran por sobre los de origen animal como la carne. O tal vez no. O tal vez sí, pero también aumente la cantidad de personas que vayan a preferir carne (tal como sugieren las estimaciones sobre el crecimiento poblacional). Hay muchas cosas apuntándole a un objetivo que no sabemos qué tan lejos está, y por eso el rechazo a esta que podría ser una de las mejores alternativas, no va de la mano con la idea de hacer lo mejor que podemos hacer por los demás animales.

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